«Mi enhorabuena. Este libro hace lectores. Despierta curiosidad desde los diferentes ángulos de visión que nos ofrece. No he parado de subrayar acotaciones. Al verme en el espejo me miro de forma diferente. Las esencias y el rostro tienen eco en el interior. Sólo con el corazón se ve lo esencial. Y el autor nos brinda ecos que trascienden. Su esfuerzo nos anima a recrear un mundo más humano, donde quepa la ternura, el saludo, la sonrisa y esas cualidades que conforman la personalidad en la que crece más el corazón que la razón».
(Enrique Hurtado)
«Sin duda… un libro que hay que leer, para aprender a ‘escuchar’…
El autor, verdadero ‘creador’ de palabras-con-sentido-común, traduce en sus páginas toda una vida dedicada a la observación-escucha de ese concierto de voces que 'rebotan en el espejo’. Con su obra, Francisco Monterde, ofrece un ‘Vademécum inspirador’ a padres, educadores, psicólogos, dedicados al ‘coaching’, selección de personal y trabajadores sociales. Dudar es 'saber que hay más cosas'...»
(Antonio Beltrán)
«Me encanta. Obra con MAYÚSCULA, por original y trabajada. Si "el rostro es el espejo del alma", aquí es evidente con la elocuencia en la que cada zona "analizada" nos "REFLEJA" en el cómo somos y por qué . ¡GRACIAS por la LUZ que proyecta al "Nosce TE ipsum"»
(Marcos Blanco)
«Me gusta este libro. Frente a la vacuidad hoy de los media hay una voz que intenta conducirnos a nuestras aguas profundas, interiores, donde raramente estamos. Conocernos, conocer a los "otros", cada vez más "otros", es un viaje ilusionante y con consecuencias inesperadas: Podemos mejorar-nos , podemos complicar-nos la vida... pero siempre saldremos enriquecidos. Vale la pena».
(Andrés Martínez López)
«(...) Monterde, tienes razón. Los rostros tienen voz, hablan. Y tú lo clarificas con tus magníficos dibujos y, sobre todo, con los análisis que haces de diversas figuras históricas. Desde Stalin a Franco (gracias por “mojarte” en este punto. Aquí más de uno te va a criticar). El Papa Francisco; Herbert von Karajan, incluso Messi. Creo que lo aciertas en ‘casi’ todos los casos.
Y, como subtítulo pones la frase “Una mirada distinta al espejo del alma”. Siempre se ha dicho –al menos yo lo he oído desde muy pequeño- que la cara es el espejo del alma (...).
(...) Hay que seguir con tus estudios, Monterde. Creo que son fundamentales. Creo que nos ayudarán a conocernos mejor. Creo que nos ayudarán incluso a cambiar aquello que a priori puede parecer intocable.
¿Qué nos depara la Ciencia? Mi respuesta es: lo que queramos nosotros. No hay que tener miedo a la Ciencia. Y a tu manera, tú haces ciencia (...)».
(Juan Ribas)